logo-menu-gallo-wine-fest

LA LEYENDA

En el corazón de la Real Colegiata Basílica de San Isidoro, una tradición arraigada desde hace siglos cobra vida cada Jueves Santo. Este día, el 'misterio' de la barrica de vino, oculta entre los muros del templo, se despliega ante un selecto grupo de clérigos y afortunados. En su interior descansa el vino más antiguo del mundo, cuya historia se remonta al siglo XI.

cerradura

Según cuenta la leyenda, la barrica milenaria fue llenada por el propio Santo Martino de León hace casi mil años con doce cántaros de vino, unos 176 litros. Desde entonces, este elixir casi divino ha sido cuidadosamente preservado en la Real Colegiata, custodiado por una puerta doble de madera y hierro, con doble cerrojo cuyas llaves son guardadas por el abad de turno y el administrador capitular. Durante el resto del año, la estancia que alberga esta barrica permanece cerrada, silenciada y oculta, solo abriéndose en Jueves Santo para que seis clérigos 'caten' el misterioso licor.

La historia de este vino nace en el siglo XI. Entonces, como en todos los monasterios los monjes trabajaban la tierra para alimentarse. De allí proviene este vino. Hoy sólo queda una barrica de aquellas barricas y en su interior este vino, casi licor.

Año tras año se extrae medio litro de vino, en un jarra que los clérigos tiene preparada para la ocasión y se que repone justamente el doble. Se repone el doble porque la barrica de roble «se impregna» por el líquido y merma durante el último año. La historia de esta legendaria barrica ha resistido al paso del tiempo, sobreviviendo a conflictos y guerras. Incluso las tropas napoleónicas, que saquearon el templo, no pudieron hacerle daño.

barrica

El fallecido Antonio Viñayo, en su día abad de San Isidoro, solía recordar en tono anecdótico que algún canónigo, tras probar el vino «oía cantar al gallo de la torre»

Su valor es incalculable, su sabor inigualable. A lo largo de los siglos, este vino-licor ha sido disfrutado por canónigos, autoridades y visitantes privilegiados, siempre en medio del sigilo y la discreción.